Cibersur.com | 25/04/2025 08:47
El acoso escolar sigue siendo una realidad preocupante en centros educativos de todo el mundo. Cada vez más voces coinciden en que la tecnología, bien utilizada, puede ser una herramienta crucial para combatir esta realidad que afecta al desarrollo emocional y social de miles de menores.
Sin embargo, la tecnología por sí sola no basta. La clave está en fomentar un uso consciente y responsable de la tecnología desde casa. Es en el diálogo diario y la escucha activa, en la educación sobre el respeto y la empatía, donde se construyen las bases para que niños y adolescentes sepan identificar conductas inapropiadas y actuar frente a ellas. Enseñarles a poner límites, reconocer señales de alerta y saber pedir ayuda es tan importante como cualquier herramienta digital.
Con esta visión integral y en el marco del Día Mundial contra el Acoso Escolar, la marca española de tecnología de consumo SPC comparte una serie de buenas prácticas que pueden ayudar a prevenir y abordar esta problemática desde el entorno digital.
1. Proteger la información personal desde el primer clic. Las redes sociales son una ventana al mundo, pero también una puerta de entrada para quienes no siempre tienen buenas intenciones. Es clave enseñar a niños y adolescentes a no compartir datos sensibles como su ubicación, centro de estudios, número de teléfono o rutinas diarias con desconocidos. Además, habrá que inculcarles que en caso de un intento de vulneración de su privacidad en alguna plataforma es necesario reportar/denunciar al usuario desde la propia app para que quede constancia y se investigue lo ocurrido de forma precisa.
2. Pensar antes de publicar. En el mundo digital, la información que compartimos puede durar en el tiempo indefinidamente, incluso aunque creamos que lo hemos borrado, siempre queda una huella digital. Una foto, un comentario o un vídeo publicados sin pensar pueden tener consecuencias inesperadas, tanto en el presente como en el futuro. Por eso, es esencial enseñar a niños y adolescentes a reflexionar antes de publicar: ¿esto es respetuoso?, ¿afecta a alguien más? Fomentar la responsabilidad digital desde pequeños es clave para que aprendan a cuidar su imagen y la de los demás en internet.
3. El móvil puede ser parte de la solución, no del problema. Aunque a menudo se señala al smartphone como el origen de los conflictos, también puede ser un gran aliado si se usa con criterio. Existen aplicaciones diseñadas no solo para detectar señales tempranas de acoso escolar, sino también para fomentar un entorno digital más saludable. Algunas de estas herramientas permiten monitorear interacciones en redes sociales, identificar lenguaje ofensivo o comportamientos sospechosos, así como alertar tanto a los padres como a los educadores. Otras se enfocan en establecer límites de uso del dispositivo, promoviendo un equilibrio entre el tiempo online y offline. Pero, sobre todo, es esencial acompañar a los menores en sus primeros pasos online y conversar sobre lo que hacen, establecer acuerdos de uso y construir confianza.
4. Desconocidos en internet… siguen siendo desconocidos. Una solicitud de amistad o un mensaje directo no equivalen a una amistad real. Los menores deben entender que aceptar a alguien en redes no les hace más populares, ni significa que esa persona sea de fiar. Es importante enseñarles a distinguir entre conocidos y desconocidos, a decir “no” cuando no se sienten cómodos y autoprotegerse en el mundo online.
En definitiva, la implicación activa de las familias es clave. Educar en el uso consciente y respetuoso de la tecnología requiere tiempo, diálogo y acompañamiento constante. Y en ese camino, las herramientas de control parental pueden ser grandes aliadas. Aplicaciones como Google Family Link permiten seguir de cerca la actividad digital de los menores, establecer límites de tiempo, controlar qué apps se instalan y restringir el acceso a contenido inapropiado. No se trata de prohibir por sistema, sino de estar presentes, supervisando y acompañando sus primeros pasos digitales con confianza.